ese árbol pasado de gorriones chorréandole
las ramas
aquel día nublado en el jardín.
mamá de la mano en mi cabeza
mi cabeza para siempre
arriba lejos
adentro cerca
mamá
escapando queriendo alcanzar
yo con la lengua esa lluvia que
no llega
no cae
más
y los gorriones
que no paran
no se callan
ni vuelan, tampoco, permanecen
qué esperan
mamá
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